martes, 20 de noviembre de 2012

Campaña al Desierto

                                                                  Campaña al Desierto    
                                  La conquista del desierto.jpg

La Conquista del Desierto fue una campaña militar llevada a cabo entre 1878 1885 por el gobierno de la República Argentina contra los pueblosamerindios, principalmente de las etnias mapuche y tehuelche, que logró el objetivo de ejercer el efectivo dominio sobre los territorios de la región pampeana y la Patagonia que la Argentina había heredado del Virreinato del Río de la Plata, perteneciente a la corona de España, pero que hasta ese entonces permanecían bajo el control de diversas tribus aborígenes.
En un sentido histórico más amplio, el término incluye también a lascampañas previas a la Conquista del Desierto, es decir, al conjunto de expediciones militares llevadas a cabo por los españoles y los gobiernos nacionales y provinciales argentinos que los sucedieron, en contra de los indios, antes de la gran campaña de 1879.

Entre 1833 y 1834, al concluir su primera gobernación en la Provincia de Buenos Aires, el general Juan Manuel de Rosas emprendió una exitosa campaña contra las tribus indígenas conocida como Campaña de Rosas al Desierto. Según un informe que Rosas presentó al gobierno de Buenos Aires a poco de comenzar su conquista, el saldo fue de 3200 indios muertos, 1200 prisioneros y se rescataron 1000 cautivos «blancos». La situación en la frontera tuvo una precaria paz.
El enfrentamiento entre la Confederación Argentina y la Provincia de Buenos Aires debilitó en sumo grado la seguridad de las fronteras interiores con los pueblos indígenas que habitaban en el sur, quienes debido al beneficio que les reportaba la disminución de las fuerzas en la frontera recrudecieron los malones contra los blancos, casi de forma permanente, aprovechando la situación interna embanderándose tanto a favor de la Confederación -por ejemplo ranqueles y Calfucurá-, y otros a favor de Buenos Aires -el caso deCipriano Catriel).

En la segunda mitad del siglo XIX, tanto la Argentina como Chile alcanzaron un nivel adecuado de orden interno para plantearse como objetivo el de ejercer plena soberanía sobre la totalidad de sus territorios heredados de España.
Desde 1863 hasta 1872, la Guerra del Paraguay interrumpió las operaciones contra los indígenas que habitaban al oriente de laCordillera de los Andes, pero en 1867 el Congreso Nacional promulgó la ley N° 215 que preveía llevar la frontera sur del área efectivamente controlada por el estado argentino a los ríos NegroNeuquén y Agrio.
Durante la presidencia de Domingo Faustino Sarmiento (1868-1874), se logró consolidar en el río Quinto la frontera por el sur del área controlada por las provincias de Córdoba y San Luis, levantándose los fortínes: Fraga, Romero, Toscas, Villa Mercedes, Retiro, Totoritas, Esquina, Pringles, Tres de Febrero, El Lechuzo, 1° de Línea, Sarmiento y Necochea; al este del río Quinto; mientras que al oeste de ese curso fluvial se erigieron los fortines Achirero, Guerrero y Gainza. El área controlada por la Provincia de Buenos Aires por el sur se logró estabilizar en la línea que unía Lavalle Norte (Ancaló), General Paz, Blanca Grande, Lavalle Sur (Sanquilcó), y San Martín.
Al asumir al cargo de presidenteNicolás Avellaneda, el cacique Manuel Namuncurá le ofreció la venta de cautivos a 40 pesos oro cada uno y, a cambio de no invadir y poder alimentar a su población y tribus amigas, pidió: «Cuarenta mil pesos oro, cuatro mil seiscientas vacas, seis mil yeguas, cien bueyes para trabajar, telas de seda, tabaco, vino, armas, cuatro uniformes de general, etc.»8 También incluye algo solicitado por primera vez por los indios: la provisión de jabón.
El 5 de marzo de 1872 con un ejército estimado en 6000 combatientes, Calfucurá inició la llamada invasión grande a la provincia de Buenos Aires.8 Montó así una fuerza integrada aproximadamente por sus 1500 lanzas de escolta, sumando 1500 aportadas por Pincén, 1000 argentinos de Neuquén y 1000 chilenos traídos por Alvarito.8 Sólo losranqueles de Mariano Rosas no se sometieron al mando de Namuncurá, aunque pelearon por su cuenta.8 De esta forma atacaron los pueblos de General Alvear,Veinticinco de Mayo y Nueve de Julio, resultando muertos alrededor de 300 criollos y tomado cautivos 500 blancos y robadas 200 000 cabezas de ganado.9 Los indios con frecuencia asaltaban los asentamientos fronterizos, robaban caballos y ganado, y las mujeres y niños capturados eran esclavizados u ofrecidos como esposas a los guerreros.10 11 El ganado robado era comercializado por hacendados chilenos que llegaron a instalar una población sobre el río Neuquén, llamada Malbarco, en donde engordaban la hacienda antes de trasladarla a su país. Las autoridades chilenas consentían y fomentaban estas actividades.
A finales de 1875, los indígenas se reorganizaron y reaccionaron contra el avance de la frontera sur de la Argentina. Adolfo Alsina, ministro de Guerra bajo la presidencia de Nicolás Avellaneda, presentó al gobierno un plan que más tarde describió como el plan del Poder ejecutivo es contra el desierto para poblarlo y no contra los indios para destruirlos. Entonces se firmó un tratado de paz con el cacique Juan José Catriel, sólo para ser roto por él corto tiempo después cuando atacó junto al cacique Manuel Namuncurá, las localidades bonaerenses de Tres ArroyosTandilAzul y otros pueblos y granjas en un ataque incluso más sangriento que el de 1872. Las cifras hablan de 5000 indios que arrasaron Azul, Olavarría y otros lugares vecinos, de 300 000 cabezas de ganado robado, de 500 cautivos y de 200 colonos muertos.12 Más de 1000 colonos europeos fueron tomados cautivos y 1.000.000 de cabezas de ganado fueron el saldo de las incursiones de los indios entre 1868 y 1874.13 El diario Centinela, de Buenos Aires, reportaba de la existencia de muchos oficiales prisioneros entre los indios y las negociaciones para su rescate.El ministro Adolfo Alsina dirigió la defensa de los poblados y estancias y concentrándose en la frontera de la provincia de Buenos Aires, respondió al ataque, forzando a los indios a retroceder. Para proteger los territorios conquistados y para evitar el transporte del ganado robado construyó la llamada Zanja de Alsina, en 1876, que era una trinchera de dos metros de profundidad y tres de ancho con un parapeto de un metro de alto por cuatro y medio de ancho. La Zanja de Alsina sirvió como límite para los territorios sin conquistar de 374 km entre Italó (en el sur de Córdoba) y Colonia Nueva Roma (al norte de Bahía Blanca). Además, Alsina ordenó la instalación detelégrafos para mantener comunicados los fortines a lo largo de toda la frontera. La construcción de la zanja al ser sólo una medida defensiva y no ofensiva, que no resolvía definitivamente el problema de los malones fue duramente criticada.

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